La flexibilidad en el cuerpo humano está unida a la elasticidad muscular y movilidad articular. También es aquella cualidad que proporciona el máximo recorrido de las articulaciones en posiciones diversas y la ejecución de acciones que requieren gran agilidad y destreza.

Al hablar de agilidad y destreza suelo aclarar que, aprovechando de forma óptima la capacidad de movimientos de las articulaciones, podremos realizar movimientos que no hubiéramos podido ni imaginar.  Pero aunque al principio nos parezcan inverosímiles, gracias a los recursos que vamos adquiriendo los iremos haciendo cada vez mas nuestros.

Por ello es necesario adoptar una actitud positiva y evitar el rechazo de antemano en la ejecución de los ejercicios ya que con esa actitud nos privamos de la posibilidad de poder realizar ejercicios o tipos de postura diferentes con los que nuestro cuerpo no está familiarizado.  Una de las claves es romper los hábitos y a partir de ahí podremos contraponernos a la inercia o tensión a la que están sometidas algunas zonas de nuestro cuerpo. Las variantes siempre nos abren nuevas puertas, por supuesto respetando nuestras limitaciones. Las zonas de afectación en nuestro cuerpo deberían ser detectadas para poder dejar fluir el movimiento que requiera cada ejercicio, sin impedimentos, desde este punto de vista cualquier ejercicio es posible, dentro de los límites que nos impone nuestra condición momentánea.

¿Cuáles son, pues, los factores que determinan la flexibilidad?

  • La longitud y elasticidad de los ligamentos, que aseguran el mantenimiento de las articulaciones permitiendo el movimiento propio de cada una de ellas. Si hay algún problema en los ligamentos los movimientos articulares se verán restringidos y forzados en muchos casos.
  • La resistencia del musculo con el cual se ha de trabajar el estiramiento. No iré más lejos de lo mi percepción de esa resistencia. Por ejemplo si en una postura cualquiera estoy oponiendo la fuerza de mis isquiones, intentaré no salirme de ellos en el afán de ir más lejos en el movimiento que esté ejecutando. El origen del movimiento es fundamental para su ejecución.
  • Las partes blandas localizadas alrededor de las articulaciones,ej. los cartílagos en los discos.
  • La estabilidad en la estructura de las articulaciones involucradas. Si estoy trabajando músculos próximos a la articulación del hombro, colocar su articulación, según la fuerza y movimiento a realizar.

La flexibilidad también es la capacidad que permite realizar los movimientos en toda su amplitud. Sin embargo, ser flexible en un área no implica ser flexible en otra. El secreto está en equilibrar esas áreas respetando el centro en nuestro cuerpo y no permitir que las zonas más flexibles tensen las zonas menos flexibles. Mediante los ejercicios de estiramiento y flexibilidad, el musculo consigue elasticidad, (que permite al musculo recobrar su longitud primitiva siempre y cuando el alargamiento no sea excesivo) y las articulaciones  consiguen movilidad.

Consejos para una correcta ejecución de los estiramientos:

  • No instalarnos en el dolor. El dolor marca el límite del esfuerzo. Tratar de recolocar o retroceder en el movimiento.
  • Para percibir el recorrido articular, primero intentar aflojar la musculatura que rodea la articulación y luego proyectar la musculatura que respete la colocación articular.
  • Aprovechar la expiración en los estiramientos para estirar más, aflojando las zonas de tensión y trabajando las zonas de proyección.
  • Percibir qué zonas están más flexibles y cuales menos, para poder equilibrarlas, dentro de lo posible, ya que somos bilaterales y una mitad de nuestro cuerpo es muy diferente a la otra.
  • Las cervicales son parte de nuestra columna, aunque parezca que lo sean de la cabeza, en consecuencia hay que incluirlas en el concepto de unidad de la columna vertebral.
  • Inclinarnos desde las caderas para no lastimar la zona lumbar.

Es esencial respetar los dos últimos consejos ya que los extremos de nuestra columna son las zonas más problemáticas a la hora de movernos. El no colocarlos o no saber hacerlo, nos quita mucha movilidad y flexibilidad, pudiendo provocar graves lesiones.

Uno de los objetivos que se persiguen en los ejercicios de flexibilización es la recuperación o mantenimiento de ésta para lograr mayor amplitud o proyección en los movimientos.

Si nos remitimos a la unidad cuerpo y mente, nos daremos cuenta que esta proyección termina siendo una necesidad vital  en todos nosotros. Los niños pequeños poseen una elasticidad elevada debido a su aparato esquelético aún no formado. La flexibilidad de la columna vertebral alcanza su máximo entre los 8 y 9 años, decreciendo después constantemente. También la flexibilidad y movilidad de la cintura escapular y las piernas tiene su máximo a esta edad.

Por ello hablamos de recuperación ya que estas estadísticas son alarmantes en tanto y en cuanto no forme parte de nuestra educación la toma de conciencia de nuestros cuerpos.

Así, ya desde la adolescencia, habríamos podido aumentar significativamente el nivel de resistencia a las lesiones previniendo, al mismo tiempo, los procesos degenerativos que a muchos nos aquejan en el presente. Pero nunca es tarde para empezar.

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