Hacia un entendimiento nuevo de las técnicas corporales – VI

Hoy quiero hablar del manifiesto que se forma dentro de cada uno de nosotros conforme avanzamos por el camino que nos marcan las distintas técnicas corporales y seamos capaces de extraer las enseñanzas que nos ayudan en la tarea de cuidar de nuestro cuerpo. Al contrario de lo que pueda sugerir el título no estoy hablando de un manifiesto público, tarea casi imposible de abordar por ser inmensa y además pretenciosa, sino de los manifiestos personalísimos que escribimos en nuestro cuerpo con la tinta de nuestro sudor y dedicación.

Este manifiesto se nutre de las conclusiones o consignas que intento transmitir en cada sesión de trabajo corporal. La lista es infinita, ya que en cada clase surgen nuevas experiencias e inquietudes. Cada uno de nosotros deberá confeccionar su propia lista, de acuerdo a sus percepciones, preferencias y limitaciones.  Las siguientes consignas no pretenden guiar sino únicamente sugerir:

  1. Comenzar, no abandonar, continuar. La movilidad es igual a tranquilidad.
  2. Desprenderse, alargarse, siempre hay un más. Los beneficios son infinitos.
  3. Estática igual a parálisis, aunque casi nunca se produce ya que siempre hay movimiento, incluso en la aparente inmovilidad. El movimiento no tiene fin.
  4. No instalarme donde hay bloqueos, dolor o inmovilidad.
  5. Sin colocación no hay proyección. Sin proyección, no hay expansión.
  6. Reconocer mis límites. A partir de mi limite comienzo a avanzar. Dentro de mis límites siento que hay movilidad y proyección de fuerza y a partir de ahí empiezo a moverlos.
  7. El movimiento se expresa en las articulaciones. Estas son la expresión de toda experiencia vital e inherente al ser humano.
  8. Lo que tenemos más a mano en nuestro cuerpo son las partes externas, como la piel o las fascias, creándonos una falsa ilusión, ya el secreto del trabajo corporal está en trabajarlo desde las capas más internas hacia las externas.
  9. La respuesta emocional es comportamiento, es función. Todo comportamiento se expresa por mediación del sistema musculoso esquelético. Así que en el estado emocional se puede ver la proyección de sus desequilibrios estructurales.
  10. Intentemos fortalecer nuestras defensas internas para estar en armonía con el exterior.
  11. Aceptemos que nuestra realidad física es el reflejo de nuestra realidad psíquica.
  12. Podemos acudir a ejercicios que embellezcan nuestro cuerpo, pero si nos limitamos a esa finalidad, no seremos capaces de cambiar patrones básicos que condicionan nuestro ser, por ello volvemos a repetir los mismos fallos.
  13. El ideal que nos crean los medios de tener un cuerpo bello, hace que repitamos el mismo ejercicio ampliando ciertos músculos corriendo el peligro de excedernos y reducir en mayor o menor medida la movilidad de nuestras articulaciones. Un buen observador advierte que éste es un ser superficial preocupado por sí mismo, limitado en su capacidad de sentir y percibir.

 

Tomando como referencia un ejercicio de colocación y desprendimiento de pelvis que tiene como objetivo estar en equilibrio, tratemos de aplicar estas consignas en la práctica y desarrollar este concepto.

El sacro (sacrum) es, como reza su traducción, un “hueso sagrado”, porque  no tiene músculos adheridos a él.  Insisto mucho en que hay que dejarlo libre y no comprimirlo. Os sugiero ciertos ejercicios para liberarlo y contactarlo.

Para ello nos colocaremos un ladrillo en  la zona del sacro

 

y soltaremos el peso del mismo sobre el ladrillo. Si tenéis problemas en esa zona, colocad una pelota blanda, podéis ayudaros colocando la mano en el pubis para soltar más el peso del sacro.

Si a la vez quieres desprender tus piernas para dejar la pelvis libre

rota tus cabezas de fémur hacia fuera. El sacro es uno de los huesos que conforman la pelvis.  Es el asiento fisiológico de los factores relacionados con la satisfacción sexual y la fertilidad, por supuesto también relacionado con el chacra base. La fisiología tántrica de la Antigua India reconoció en la pelvis el albergue de la energía fundamental, la Kundalini. El centro de gravedad en el individuo tiende a situarse en los alrededores de la articulación lumbosacra, por lo cual un equilibrio adecuado en este lugar tiene una gran importancia para la correcta coordinación y realización de los  movimientos. La palabra pelvis,  significa contenedor, “cuenco” en equilibrio. La articulación lumbosacra  en condiciones mantiene el equilibrio  de la parte superior del cuerpo.

Cuando estamos de pie, la pierna y el pie se organizan con respecto al suelo, en cambio la pelvis se organiza a partir de las cabezas de fémur y de la entrada de éstas en el acetábulo de las caderas.  De esta manera la pelvis se correlaciona con la zona lumbar hacia arriba y las piernas hacia abajo. Sería importante sentir las fuerzas de oposición que se ejercen sobre la pelvis, para tener un mayor equilibrio y continuidad en  nuestros movimientos.

La oxigenación y alineación de todos los órganos internos de nuestra pelvis dependen de la toma de conciencia  de esa zona a partir de determinados ejercicios y sobre todo de nuestra capacidad de percibirla.

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