Mejorar, disfrutar, revertir, enriquecer, proponer, elongar, sorprender. Podrían ser algunas estupendas
- Mejorar: Intentemos pulir cada práctica corporal, aunque la secuencia de ejercicios sea la misma, como si fuera una partitura musical. En esa partitura que es el cuerpo humano conviven muchas notas que son las articulaciones, tendones, músculos… de manera que apliquemos tanto las guías que nos proporcionan nuestros profesores como otros elementos que nos hayan puntualizado.
Ejemplo: Si trabajando la apertura de caderas nos cuesta mantener la curva lumbar en el eje vertical podemos acomodar la espalda hacia atrás recuperando la curva lumbar, para no dañar esta zona.
- Disfrutar: El estiramiento provoca la liberación de endorfinas, responsables de múltiples respuestas psicológicas, incluyendo la sensación de relajación y bienestar que se tiene durante una práctica consciente. Disfrutemos de estas sensaciones placenteras en cada ejercicio.
- Revertir: Cambiemos viejos y malos hábitos, intentando aplicar la fuerza y colocación necesaria en cada movimiento. Estirarse es un proceso creativo, por lo que suelo incitar en mis clases a utilizar la imaginación, comenzando a utilizar términos y lugares nuevos que, repitiéndolos con constancia, nos harán ir sumando otras sensaciones, físicas, mentales y espirituales. Hasta dónde llegues será producto de tu esfuerzo, persistencia y apasionamiento.
Ejemplo: Sentir que alargamos el cuello por los costados hacia las orejas y no por el mentón, lo cual haría que se retraerían las cervicales.
4. Proponer: Muchas formas nuevas, es decir, variaciones de movimientos que ampliarán las posibilidades de cada zona muscular y articular.
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Es frecuente, en clases donde las secuencias se repiten una y otra vez, que se tienda a forzar alguna zona que ya está lesionada y esas repeticiones remarcan y alteran todavía más la zona delicada. Por ejemplo, si la rótula de la rodilla sufre desgaste cartilaginoso, en la flexión se puede resentir todavía más.
Ejemplo: poner las manos debajo de las rodillas evitaría ir hacia el dolor.
- Elongar: Tratar de ir cada vez a más, siempre reconociendo tus límites y, desde allí, ir avanzando poco a poco. La mejor fórmula es aprender a escucharnos y sobre todo a no cortar el movimiento en cada postura, acomodando y proyectando esa postura constantemente.
Ejemplo: Sentir nuestros isquiones y continuar desprendiendo la caja en oposición a éstos cada vez un poco más.
- Sorprender: Dejarnos sorprender por los efectos positivos de nuestros avances en cuanto a nuestra postura y hacer cotidiano, consiguiendo que nos sintamos más íntegros y más felices a la hora de comunicarnos con nuestro entorno y con nosotros mismos.