Hacia un entendimiento nuevo de las técnicas corporales  (XV)

…o como satisfacer la necesidad de hacer algo por tu cuerpo sin morir a trocitos en el intento

Durante los últimos años hemos podido presenciar la explosión de la oferta de cursos de diversas técnicas corporales, unas que son variaciones de técnicas milenarias (basadas más en mensajes de marketing que diferencias concretas), otras tratan de dar solución a problemas específicos que plantea el sentido estético moderno (la “tabla”, glúteos, etc.), desdeñando la armonía y las interdependencias de nuestro cuerpo, y finalmente están las que se valen de aparatos específicos que supuestamente nos facilitan las cosas, dándonos la sensación de que trabajan por nosotros a cambio de nuestro dinero.

A pesar de que cada una de esas técnicas se presentan como novedosas y, por consiguiente, presuntamente más eficientes, el gran público sigue planteándose una serie de cuestiones básicas que nos hacen sospechar de que algo no va tan bien en el mundo de los cuerpos Yoganone, como por ejemplo:

1. ¿Quiero hacer algo por mi cuerpo, pero ¿Cuál es la técnica más adecuada para mí? En estos momentos puede que tomar la decisión de apuntarse a un curso determinado se torne más complicado que comprar un coche.
2. ¿Puedo comprobar por mi cuenta lo que estoy haciendo, como los efectos de un medicamento que me están suministrando?
3. ¿Soy capaz de llevar a la cotidianidad al menos algunos de los ejercicios realizados durante la clase?
4. Después de 2 años de práctica, sigo sin entender a mi médico cuando me habla de problemas musculares o articulares. ¿Qué puedo hacer para adquirir nociones básicas de mi cuerpo? ¿Tengo que estudiar medicina?
5. Si quiero coger un objeto con cierto peso del asiento trasero de mi coche, ¿cómo puedo hacerlo para no poner sobreesfuerzo en ese movimiento?
6. Como me falta criterio para evaluar la calidad del profesor, ¿qué puedo hacer para evitar lesionarme?

Como el río está revuelto, no todos los pescadores tienen licencia… el abuso, la falta de profesionalidad y conocimiento siempre existieron, pero estamos llegando a tal punto que la mayoría de los practicantes están entrando en un círculo vicioso formado por períodos sucesivos de entrenamiento/lesión/recuperación, totalmente perjudicial para sus intereses personales y profesionales e incompatible con una vida sana y equilibrada. En otras palabras, de alguna forma estamos perdiendo el norte. No por casualidad están abriendo centros fisioterapéuticos al lado de gimnasios concurridos. Lo que supuestamente nos debería mejorar, nos está perjudicando.

He detectado que, salvo excepciones puntuales,  prácticamente no existe vínculo alguno entre la práctica de cualquier técnica corporal, bien sea Yoga, Pilates o cualquier otra y de su utilidad práctica en la vida cotidiana, que es donde la inmensa mayoría de las personas lo necesitamos aplicar.  Las razones radican en la falta de un método didáctico adecuado,  nula transferencia de conocimiento de los conceptos más básicos de anatomía, formación a todas luces insuficiente del profesorado y la falta de continuidad debido a la impaciente y demandante búsqueda del alumno de un método que satisfaga su ansiedad del “lo quiero todo y lo quiero ya”. Y tampoco disponemos del tiempo suficiente para embarcarnos en una búsqueda que ni siquiera la gran mayoría de los profesionales, con supuestamente más conocimiento y criterio, pueden dar por concluida ni mucho menos. Se necesita un nuevo enfoque, una nueva didáctica, en definitiva, un método que reúna estas características y sea fácilmente asimilable y que consiga hacernos sentir bien sin correr riesgos innecesarios para nuestra salud.

De ahí que el método que propugno se basa en la Biomecánica aplicada al movimiento y técnicas de estiramiento para la danza incorporando elementos de yoga, Pilates y otras técnicas menos conocidas como anti- gimnasia o Mèzières ,  pero extrayendo su utilidad para la vida cotidiana, principalmente a través de un conjunto de ejercicios de estiramiento específicos que en su conjunto ayudan a flexibilizar, modelar y estilizar el cuerpo respetando la anatomía individual de cada uno.   El resultado es una postura correcta, unida a una buena elongación y coordinación en los movimientos, sin aplicar fuerzas en exceso ya que poco a poco vamos adquiriendo la capacidad de dosificarlas para no lesionarnos.

Este trabajo está dirigido a cualquier persona que quiera tomar conciencia de su cuerpo, mejorar la percepción de todos sus movimientos reconstruyendo su eje interno y, en paralelo, modelar su cuerpo y perder peso, aunque para muchos ese sea el objetivo principal. De hecho muchos de mis cursos están integrados por oficinistas, pintores, escritores, etc., que tras la práctica diaria han logrado una estilización y proyección de sus movimientos e incluso se han animado a practicar alguna danza, con enormes progresos en todo su cuerpo.